Enclavado en la falda sur de la colina del Mauror, dentro del recinto de La Alhambra, Carmen de los Mártires es uno de los jardines más fascinantes de Granada. Sus siete hectáreas albergan una combinación de espacios verdes que han evolucionado a lo largo de los siglos, desde su origen como lugar de reclusión hasta convertirse en un exquisito entorno paisajístico.
Este enclave, conocido antaño como el Campo de Ahabul por los árabes, era un territorio donde se retenía a prisioneros cristianos, lo que le valió el nombre de Corral de los Cautivos. Fue aquí donde Boabdil partió para entregar las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos en 1492. Isabel la Católica, en honor a los cristianos que sufrieron en este lugar, ordenó construir una ermita, la primera iglesia de Granada. Aunque esta desapareció con el tiempo, su legado perdura en el nombre y la historia de Carmen de los Mártires.
Un huerto con huella monacal
En 1573, el lugar pasó a manos de los Carmelitas Descalzos, quienes erigieron un convento con un huerto donde cultivaban hierbas aromáticas y medicinales como tomillo, lavanda y orégano. Entre sus habitantes más ilustres estuvo San Juan de la Cruz, prior del convento en el siglo XVI, quien se dedicó tanto a la poesía mística como al diseño de los jardines y la construcción de un acueducto que todavía se conserva.
Uno de los elementos más llamativos de este huerto es un antiguo ciprés, traído de México por los misioneros carmelitas, donde se dice que San Juan de la Cruz solía sentarse a escribir y meditar. A pesar de que un rayo lo alcanzó hace dos décadas, el legendario árbol sigue en pie.
El encanto romántico del lago
Tras la demolición del convento en el siglo XIX debido a la Desamortización de Mendizábal, la finca pasó a manos privadas. Su mayor esplendor llegó con el belga Hubert Merrsmans en 1891, quien dotó a Carmen de los Mártires de un aire romántico con fuentes, esculturas y senderos laberínticos. El estanque fue transformado en un idílico lago de cisnes negros, con una pequeña isla en su centro donde aún crecen madroños y cedros de Bussaco. La escena está dominada por un torreón en ruinas que ofrece vistas impresionantes del entorno.
Un paseo por los jardines europeos
En el siglo XIX, la familia Calderón diseñó varios jardines inspirados en distintos estilos europeos:
- El jardín francés, presidido por una fuente de Neptuno, donde crecen magnolios, naranjos y palmeras.
- El jardín español, con un estanque rodeado de rosales y tilos, aunque en su mayor parte desapareció en los años 60.
- El jardín inglés, un bosque de palmeras con una fuente dedicada a Felipe II, añadida en 1930 por Joaquín de Arteaga, duque del Infantado.
Un guiño a la jardinería nazarí
El duque del Infantado, gran admirador del legado nazarí, encargó en 1944 la construcción de un patio neo-nazarí, inspirado en el Patio de la Acequia del Generalife. Aunque no alcanza la majestuosidad de los patios árabes originales, es una bonita interpretación de la jardinería andalusí, con jazmines trepando por los ventanales y un estanque rectangular central.
Un tesoro rescatado del olvido
Catalogado como Bien de Interés Cultural en 1943, Carmen de los Mártires pasó a manos del Ayuntamiento de Granada en 1958. Sin embargo, estuvo a punto de desaparecer en los años 70, cuando un proyecto de hotel amenaza con demoler parte de la finca. Gracias a la movilización ciudadana, las obras se detuvieron y este oasis verde se mantiene como uno de los rincones más bellos de la ciudad.
Un mirador con vistas privilegiadas
Además de su valor histórico, Carmen de los Mártires cuenta con un mirador que ofrece vistas espectaculares de Granada, la Vega y la Sierra Nevada. Entre sus rincones más románticos destaca una ventana enrejada desde la que se puede contemplar la ciudad, con una inscripción que reza: «Estando aquí sentado, te imaginé a mi lado y te regalé todas las aves del mundo».
Dónde comer cerca de Carmen de los Mártires
Si después de tu visita te apetece disfrutar de la gastronomía local, cerca de Carmen de los Mártires encontrarás varios restaurantes que destacan por su encanto y calidad:
- Mirador de Morayma: Un restaurante con encanto y espectaculares vistas a La Alhambra, ideal para degustar platos típicos andaluces.
- Restaurante Carmen Aben Humeya: Ubicado en un carmen tradicional, ofrece cocina de autor con una de las mejores panorámicas de la ciudad.
- El Huerto de Juan Ranas: Famoso por sus tapas y especialidades granadinas, con una terraza que brinda una vista privilegiada de la Alhambra.
- Ruta del Azafrán: Situado a los pies de la Alhambra, destaca por su fusión de cocina mediterránea y árabe.
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